Hora 25 Cadena Ser Angels Barceló / Álvaro Zamarreño (15 12 2009)
Reconocer la homosexualidad en Marruecos
Cuando se habla del mundo árabe o musulmán son muchos países, sociedades y religiones diferentes. No es lo mismo Arabia Saudí que un país mucho más abierto como Líbano o Marruecos. Precisamente de allí es el escritor Abdala Taia, que acaba de publicar en España su libro 'Mi Marruecos'. Él fue el primero en reconocer públicamente su homosexualidad. Y aunque vive auto-exiliado en París, viaja frecuentemente a su ciudad natal, donde se considera que tiene una cierta protección desde el poder.
Taia atendió a Hora 25 desde la casa de su familia en Marruecos. ¿Si se siente un protegido? "Yo estoy apoyado por la prensa, por periódicos como Tel Quel o Le Journal, por jóvenes que se reconocen en ese gesto, que para nada son homosexuales pero sí se ven reflejados en ese desafío a la sociedad de no esconderse detrás de la ficción o de las películas o de las canciones", ha respondido.
En sus novelas habla de las historias de su propia biografía, cuando siendo niño se dio cuenta de que le gustaban sus compañeros, de sus primeras relaciones, de los abusos a menores. Fue silenciado, ignorado, aunque dice que, como individuos, todos los marroquíes son ignorados. Pero no se resigna a ser víctima.
"No soy una víctima en absoluto. Una víctima es alguien al que sólo le queda perder, llorar y no hacer nada. Hace mucho comprendí que no quería ser la víctima en que la sociedad marroquí quería convertirme. He comprendido que ellos, la sociedad, mi familia, mis amigos no me van a ayudar en cuanto a lo que soy. Así que esperé al momento de revelarme para ser quien soy".
Dice que todo eso de Internet y los chats está muy bien, pero que sólo si los jóvenes de verdad entienden lo que significa su libertad podrán hacer avanzar a su país. Es el mensaje final que les deja. "Sed osados: He publicado un libro, Carta a un joven marroquí, que se repartió el verano pasado gratis. En ese libro les pido a los jóvenes que salgan de la banalización del país. Que sean osados de verdad, que se muestren desnudos, que no esperen el beneplácito del rey, de papá o mamá. Que estamos en un periodo histórico, es nuestra identidad, es nuestro combate como sociedad para poder hablar, para poder ser".