17/11/07

Literaturas.com Periodista de crónicas mundanas y prosista y poeta extravagante y exquisito, Jean Lorrain (1855-1906) representa como pocos el espíritu del decadentismo francés del fin de siècle. Su obra Monsieur de Bougrelon publicada en 1897, el mismo año en que Lorrain se bate en duelo con Marcel Proust por una crítica de Los placeres y los días, fue saludada como una obra maestra desde su misma aparición. Una prosa jugosa y barroca narra las experiencias de dos viajeros franceses en Holanda. Monsieur de Bougrelon, viejo aristócrata arruinado hace su aparición en un burdel que éstos visitan y se convierte después en su cicerone y ángel tutelar. La facundia del anciano trata de velar su penosa decadencia, y se recrea en mil historias terribles y cómicas que va narrando a los perplejos viajeros, relatos plenos de lujuria y castidad, de desenfreno y romanticismo. Damas de viejos retratos y venus callejeras roban por igual el corazón de un individuo que vibra también ante formas animales y vegetales. Pero la prosa de Lorrain consigue que su locura nos seduzca: "Aquella piña, señores, era el ojo de Bárbara y también las profundidades del mar", y además el final es realmente memorable. El espectro nos conduce en un viaje, pleno de inspiración, por el brillo corrupto de un mundo perdido.

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