17/11/07

Miguel Sánchez-Ostiz ABCD diario ABC De amores locos. Los aficionados a la literatura surrealista de culto y que no manejen la lengua francesa están de enhorabuena, porque la traducción de ¡La libertad o el amor!, el hermoso artefacto narrativo de Robert Desnos (1900-1945), es muy creativa, muy concienzuda y va acompañada de un prolijo prólogo (que diría Boris Vian) que no tiene desperdicio: docto, creativo también y fundamentado, plagado de datos que sitúan a la obra y a su autor, un personaje muy especial y un escritor valioso en aquel magma literario del surrealismo parisino y de las vanguardias de entreguerras. Desnos murió a resultas de su estancia en un campo de concentración. Las notas a pie de página que jalonan la narración son tan apropiadas que parecen del propio Desnos. Todo hace pensar que la autora del prólogo tiene entre manos un buen libro sobre la literatura francesa de entreguerras. El llamado «público en general» no sé qué pensará de la literatura tan transgresora de Desnos, tan loca, salvo que la lea como un objeto de culto. No veo yo al público quitándose de las manos esta bellísima obra de Desnos para hacer de ella un objeto de culto. No así a sus lectores, si es que los ha tenido en España. Literatura para lectores entonces, pero no para un público voraz más interesado en hacerse con el enigma templario que se lleve esa última temporada. La estética transgresora de 1927 queda muy lejos. Hoy, al que se le ocurra perpetrar una narrativa «surrealista» le tirarían pellas, si es que consigue editor. No corren buenos tiempos para las transgresiones literarias, aunque vayan acompañadas, como en este caso, de un lirismo intenso y muy hermoso. El que lo hace, se la juega. Hay que estar en el Olimpo. A no ser que cubramos el texto, tan limpio por otra parte, tan claro, de jerigonza académica francesa y de pedanterías, el lector deberá descubrir, al margen de las trampas literarias continuas y de los rasgos del humor fabuloso de Desnos, de qué trata ¡La libertad o el amor!, dónde empieza la hermosa errancia ciudadana del poeta (una de las más brillantes muestras de este hacer de la ciudad protagonista del relato), y dónde la historia del loco amor (o lo que sea) de Corsaire Sanglot y de Louise Lame, en un tiempo sin tiempo, en una realidad no sujeta a temporalidad alguna expresada en imágenes poéticas muy brillantes que sostienen por sí solas el «relato». Una joya literaria que sería una lástima que no pasase de ser el testimonio de una literatura sólo apta para conjurados.

2 comentarios:

Esther Cabrales dijo...

Cómo agradecer esta traducción... que además es soberbia. Gracias. Estoy disfrutándolo mucho.

Camilo Hoyos G. dijo...

Nos zambullimos en Desnos (y todo el Bureau) desde la lectura misma de la introducción a esta hermosa edición. Es quizás la manera más atractiva de comenzar la novela: sin datos de memoria, sin análisis excesivamente (y monótonamente) literarios, sino entrando, de lleno, en ese mar imaginal de la poética desnosiana.
Felicitaciones